lunes, 12 de mayo de 2008

Soneto alejandrino con estrambote del juicio kafkiano (o del no saber qué hacer)


Soneto alejandrino con estrambote del juicio kafkiano (o del no saber qué hacer)

No es tu infidelidad lo que no te perdono
-pues nunca te he ocultado que no soy ningún santo
y sabes que en las noches que he hecho brotar tu llanto
nunca he fiscalizado la causa de tu encono-,

este órdago que lanzo diciendo que abandono
con determinación –aunque desee tanto
sentirme finalmente cubierto del espanto
que se abalanzaría sobre el endeble trono

de donde me cayera cuando capitulara,
abiertos los dos ojos del todo a tu inocencia,
perdido sin remedio por esta cerrazón

que no fue compasiva dictando su sentencia,
dicterio del destierro, golpazo de azadón,
tierra por medio puesta- deja la vista clara.

(Tendré que arrepentirme, saldrá la broma cara,
y cuando a mis maneras de Santa Inquisición
no sirvan falsas pruebas, no habrá comparecencia
-habrá prescrito el plazo- para pedir perdón).

12 de Mayo de 2008


2 comentarios:

mareva mayo dijo...

tu poesía muerde y en esta mañana febril desgarró la mancha que tras el cristal era un chillido

Raúl Sánchez dijo...

Gracias por pasarte, Mareva!