miércoles, 10 de noviembre de 2010

Ribbentrop-Molotov


Ribbentrop-Molotov

No llegué a pensar nunca -siempre he sido un ingenuo-
que todas las promesas que me hiciste a escondidas
con quimeras palpables de presentes testigos
irías a romperlas como mi corazón,

que las actas que un día redactamos de incógnito
juradas por escrito con zumo de limón
al acercar el fuego por detrás de la hoja
para hacerlas legibles terminaran ardiendo.

Y ahora me has traicionado como Hitler a Stalin
-nosotros que quisimos igual que ellos un día
al unir nuestras fuerzas conquistar el planeta-.

Monta tu Operación Barbarroja a sabiendas
que pactaste conmigo repartir los trofeos,
las caricias, los besos, los sudores y espasmos.

Te esperan mis trincheras aquí en Stalingrado.

martes, 9 de noviembre de 2010

Estrofas inconexas (o no)



Estrofas inconexas (o no)

La dicha -dicho así se dice pronto-
estaba donde Diego dijo digo,
en la primera opción que desechamos

pensando que la puja subiría.

Te voy a echar de menos al dejarte:
harto de vomitar, de indigestiones
mi corazón rechaza su alimento,
la leche amarga de tu pecho enfermo.

Ahora no podemos ni siquiera
tirar de la mentira piadosa
que en otras ocasiones funcionó.

Empieza a reaccionar si estás perdida:
lamento de verdad si he sido el pájaro
que se comió las migas del camino

y echó a volar después cual buitre inverso

domingo, 7 de noviembre de 2010

Amor ciego

 

Amor ciego

Igual que dice Borges que jugaba
-en una conferencia sobre el libro-
a no estar ciego y ver, y a que leía

los tomos de una nueva enciclopedia;

a veces juego yo a que no te has ido
y cruzo habitaciones y pasillos
pobladas por el síndrome de Diógenes
que me han creado todos tus recuerdos.

Y siento que te tumbas en mi cama
-vacía como un libro para un ciego-,
o sales de la ducha tan desnuda

que pides que te tape con mi cuerpo:
pareces tan real que ya no quiero
abrir los ojos y dejar de verte.


sábado, 6 de noviembre de 2010

Desangelado

 Desangelado

Vuelve con él y dile que es mi culpa
-perdóname si omito la mayúscula
para nombrar a a aquel que te ha enviado
teniendo las mejores intenciones-,

que tú lo has intentado, que a la contra,
que conculcando todos los pronósticos
mostrabas la salida al laberinto
y yo no he puesto nada de mi parte.

Si quieres te daré un justificante
como esos que escribían nuestros padres
mintiendo al profesor como bellacos.

Acepta que conmigo has fracasado
-mis manos llevan sangre de tus alas-:
no te eches a llorar, mi ángel custodio.


viernes, 5 de noviembre de 2010

Otra oportunidad


Otra oportunidad

 

Ahora necesito que me quieras,
pedirte sólo un poco de cariño
-ya sé que te he fallado en los momentos
que me has rogado aun menos de lo mismo-.

Acúname aunque no me lo merezca
que tengo miedo de estos precipicios
-los puentes que tendiste dadivosa
y que han volado mis detonaciones-.

Quiero reconciliarme como antaño:
lucir como un trofeo disputado
el surco de tus uñas en mi espalda.

No seas racional y me reproches
las veces en que te he decepcionado:
Ahora sí es verdad que viene el lobo.


jueves, 4 de noviembre de 2010

La venda antes de la herida

 

La venda antes de la herida

No soy capaz de amarte y es por eso
que trato de tratarte con desprecio
fingido, exagerado, inmerecido,
que no te haga albergar más ilusiones.

Repite ahora conmigo 'No te quiero,
te odio desde el fondo de este infierno
en que los dos ardemos sin mezclarnos
y un viento helado esparce las cenizas'.

Repítelo conmigo y convencida,
que no haya ni una lágrima que aporte
la más mínima duda a tu entereza.

Yo quiero que comprendas cuanto antes
que nada bueno dura: los satélites
de golpe han de caer cual meteoritos.



martes, 2 de noviembre de 2010

Guardar las formas

Guardar las formas 

Pasan sin ti los días, se acostumbra
uno a volver -un tanto cabizbajo-
a ese refugio gris donde le esperan

vacíos recipientes de tu estancia:

las fotos donde ya no sobresales
-borrosa o a lo lejos, semioculta-
como una obra maestra en una sala
de la pinacoteca más mediocre,

los discos con canciones que ahora suenan
sin tu acompañamiento susurrado
igual que este poema mal medido

(sin nada que decir pues sólo queda
-después de que exiliaras con tu ausencia
el alma de mi vida y de mis versos-

la forma, maquinal, triste, monótona).

lunes, 1 de noviembre de 2010

No pasa nada

No pasa nada

Vuelve con él mientras estés a tiempo:
yo ya he hecho lo posible y lo imposible
-lo máximo no ha sido suficiente-

con tal de demostrar que te merezco.

Mi oferta está lanzada y no la aceptas
ni aun siendo la del saldo por traspaso:
pregunta al corazón por el camino
y déjate llevar por lo que sientes.

Vuelve mejor con él, quizá esa chica
que le has visto besar no es para tanto
-su boca pide auxilio de tus celos-.

Déjame sólo aquí que ya me apaño.
No sé que más decir por convencerme:
vas a ser infeliz, pero le quieres.