lunes, 19 de mayo de 2008

Soneto alejandrino del censurado goce


Soneto alejandrino del censurado goce

Jodido, insatisfecho, cansado de la vida
(Dios quiera que te pese –rompiéndote los huesos-
como un yunque de hierro cada uno de los besos
que ya no nos daremos como antes: sin medida,

libándonos los sexos, soltando toda brida
que la vergüenza asiera, volviendo los excesos
habitual disfrute colmado de embelesos).
Pasión que gobernaba pasó a ser forajida.

Y ahora nos miramos mordiéndonos la lengua
-sentido metafórico- o eso quiero pensar:
si dieras rienda suelta, lo mismo que la mía,

saldría desbocada para desembocar
en mi deshabitada –con grietas de sequía-
boca con esta sed de ti que nunca mengua.

19 de Mayo de 2008



1 comentario:

Raúl Sánchez dijo...

La imagen, ya sabéis, es 'El beso' de Munch. Yo no sé si es cosa sólo mía pero si esta versión particular no tuviera título podría interpretarse también como una escena desasosegante y llena de angustia. La mujer mirando hacia abajo y el hombre intentando consolarla inútilmente y obteniendo su rechazo.