
Soneto alejandrino en verso blanco del punto de inflexión
Hay cosas en la vida que no tienen motivo
-por más que las provoques, por mucho que las busques
no pueden ser efecto de causa que no existe
ni fórmula sin cambios de golpe reaccionando-
pero que cuando ocurren –sin darte previo aviso,
cuando tantos fracasos forzaban la renuncia
y los peores presagios traían nubarrones
prestos a descargarse sobre tu desnudez-
te cambian para siempre –se rinden tus problemas
como muralla recia antaño inexpugnable
tomada de repente por hordas de fantasmas-
y empieza así un periplo en el que todo encaja
y encuentras el sentido a todo mal pasado
(sólo que igual que llegan un día te abandonan).
23 de Mayo de 2008
Hay cosas en la vida que no tienen motivo
-por más que las provoques, por mucho que las busques
no pueden ser efecto de causa que no existe
ni fórmula sin cambios de golpe reaccionando-
pero que cuando ocurren –sin darte previo aviso,
cuando tantos fracasos forzaban la renuncia
y los peores presagios traían nubarrones
prestos a descargarse sobre tu desnudez-
te cambian para siempre –se rinden tus problemas
como muralla recia antaño inexpugnable
tomada de repente por hordas de fantasmas-
y empieza así un periplo en el que todo encaja
y encuentras el sentido a todo mal pasado
(sólo que igual que llegan un día te abandonan).
23 de Mayo de 2008
3 comentarios:
Este va para mi colega Rafa Navarro, de una conversación que tuvimos la semana pasada viene la idea del poema.
La ilustración es un puntazo.
Si, se ve la gioconda al fondo. ¿o solo la veo yo?
ja ja, se ve, se ve
Publicar un comentario