
Soneto alejandrino de la humillación suplicante
Mátame si te place, retuérceme las tripas
justo antes de arrancarlas y atármelas al cuello,
dime que amoratado ya no me ves tan bello,
ansío que te lances y ver cómo lo flipas.
Quiero saber qué sienten las cáscaras de pipas:
cáscame entre tus dientes, mira cómo me estrello
contra el suelo y me aplasto pegado como un sello.
Hazme padre celoso viendo que te emancipas.
Relléname los poros de la piel con agujas,
estudia manuales de diablos y de brujas,
sé una profesional del arte del martirio.
Te impelo a que me vejes ¿acaso te hablo en sirio?
Con tal de resarcirme dejaré que me amarres:
Me ofrezco en sacrificio para tus aquelarres.
29 de Mayo de 2008