miércoles, 10 de noviembre de 2010

Ribbentrop-Molotov


Ribbentrop-Molotov

No llegué a pensar nunca -siempre he sido un ingenuo-
que todas las promesas que me hiciste a escondidas
con quimeras palpables de presentes testigos
irías a romperlas como mi corazón,

que las actas que un día redactamos de incógnito
juradas por escrito con zumo de limón
al acercar el fuego por detrás de la hoja
para hacerlas legibles terminaran ardiendo.

Y ahora me has traicionado como Hitler a Stalin
-nosotros que quisimos igual que ellos un día
al unir nuestras fuerzas conquistar el planeta-.

Monta tu Operación Barbarroja a sabiendas
que pactaste conmigo repartir los trofeos,
las caricias, los besos, los sudores y espasmos.

Te esperan mis trincheras aquí en Stalingrado.

2 comentarios:

Céfiro dijo...

En la contienda del amor hay que -al menos- estar. Que te rozen las palabras como balas. Sentir el miedo atenazando la garganta. El silencio. La muerte.
Me ha gustado mucho.

Raúl Sánchez dijo...

Gracias Céfiro.
Acabo de leer tu comentario.
Un abrazo.