martes, 10 de junio de 2008

Soneto con estrambote de la leyenda del escote


Soneto con estrambote de la leyenda del escote

¿Y qué haces tú mirándome las tetas?
Habremos de admitir que aquel percance
no fue manera de dar pie a un romance
que dura ya seis décadas completas.

¿Quién iba a dar un duro por sus tretas?
Tan fuera la creía de su alcance
que dijo haciendo frente al duro lance:
Se clavan en mis ojos tus saetas.

Y fuera por usar tal arcaísmo
hablando de su escote y sus pezones,
o porque le gustaban atrevidos;

el caso es que saliendo del abismo
en que uno y otra andaban sumergidos
se vieron como ansiadas soluciones,

y sin contemplaciones
pasaron esa noche y las siguientes
tan juntos que la muerte rompió sus expedientes.

10 de Junio de 2008

lunes, 9 de junio de 2008

Soneto en verso blanco del error irreversible


Soneto en verso blanco del error irreversible

Y nadie comprendió por qué lo hice
si tantas veces no llegué a cumplirlo
-dicen que el que amenaza no se atreve,
que incordia y sólo es torpe diletante-.

Ahora eternamente arrepentido
compruebo que agravé de forma inmensa
-no obtuvo absolución mi último acto-
lo que intenté evitar a toda costa.

Que no era reversible estaba claro
pero que mi dolor no se acabara…
(mi alma araña en vano el ataúd).

¿Y qué peor castigo se concibe
que cuando me reencuentre con vosotros
heridos de rencor me deis la espalda?

9 de Junio de 2008

domingo, 8 de junio de 2008

Soneto alejandrino a Enrique Morente y Lagartija Nick interpretando Poeta en Nueva York


Soneto alejandrino a Enrique Morente y Lagartija Nick interpretando Poeta en Nueva York

Morente como el rey de la selva se impone
sacando pecho al mundo que mató a Federico,
lanzando una sonora patada en el hocico
de los que hacen que el arte se agoste y se acartone.

Inyecta en el flamenco para que evolucione
sabia vivificante con la que me intoxico.
Engendra vendavales con un roto abanico.
Enjambre en los oídos. Bomba en el sonotone.

Y en la primera fila de uno de sus conciertos
siento que me traspasa la procesión de muertos
que pedía silencio en los versos de Lorca

para que no los oigan y sigan inconscientes
los seres que vacilan insomnes y las gentes
que traen en la corbata el nudo de la horca.

8 de Junio de 2008

jueves, 5 de junio de 2008

Soneto en verso blanco de la oscuridad


Soneto en verso blanco de la oscuridad

Hay una oscuridad que es más oscura
que el más oscuro de tus pensamientos.
Oscura oscuridad oscureciendo
cualquier filtro de luz a cada paso.

Hay una oscuridad que borra y ciega
con una capa aciaga los cristales
y apaga los minúsculos destellos
que no ha difuminado el apagón.

Hay una oscuridad –se ve tan claro-
que suma y sigue a todos los colores
y augura el prieto imperio de la noche.

Hay una negra oscuridad que aúlla
como uno de esos perros agoreros
que huelen el acecho de la muerte.

5 de junio de 2008

martes, 3 de junio de 2008

Soneto alejandrino a la aldea de Jaraguas


Soneto alejandrino a la aldea de Jaraguas

Jaraguas, me he dejado en ti mi juventud,
los tres mejores años, los meses más intensos
de mi anodina vida de ti cuelgan suspensos.
Jaraguas, no he encontrado después la plenitud.

Jaraguas, hoy me vienen como un inmenso alud
recuerdos de un verano puestos en arcos tensos
que a veces se disparan atravesando inmensos
recovecos mentales que azuzan mi inquietud.

Jaraguas si has cambiado quizá no te perdone
que me hayas enseñado que existe el paraíso
y luego –abandonado, confuso manumiso-

en ningún otro sitio jamás haya sentido
tan próximo el aliento de un Dios que -se supone-
nos habla si, fervientes, ponemos el oído.

2 de Junio de 2008

domingo, 1 de junio de 2008

Soneto alejandrino de la tierra por medio (o por encima)


Soneto alejandrino de la tierra por medio (o por encima)

No vengas a buscarme por donde me dejaste
porque he hecho mi camino y no he dejado huellas
-me guían en tormenta el sol y las estrellas-.
Ayer te suplicaba, quizá hoy nada me baste.

Todo lo que sentía lo consumió el desgaste.
No emplees mas palabras pues ni siquiera aquellas
que hicieron de conjuro y restañaron mellas
de un corazón cariado y alérgico al empaste

(‘Tal vez te eche de menos el resto de mi vida
y no halle en otros brazos más cómoda guarida
que la que tuve un día durmiendo entre los tuyos’)

podrían detenerme o hacer que me lo piense
mejor y que no oigas mi voz entre murmullos
diciendo adiós con tono de médico forense.

1 de Junio de 2008